Parece ser que una señora ha estado yendo a un cajero para sacar dinero y siempre que pedía 50 dólares, le daba el doble. Sin pensarlo dos veces, a lo largo de las semanas fue en más de 40 ocasiones para obtener más dinero del que pedía.
Al final el banco se ha dado cuenta del error y le ha reclamado a la atrevida ni más ni menos que 11.000 dólares. Si es que esto ocurre por callarse las cosas…