«¡No lo hagas, por Dios!». Si has oído esta expresión alguna mañana, expelida por la angustia de alguien al verte con las tijeras en la mano y sujetando firmemente tu pelo con la otra, es que seguramente tienes graves problemas para mantener tu cabello en un mínimo orden.
La solución no pasa por cortarte el pelo al cero, créenos. Desde luego, durante unos días, no tendrás que preocuparte de si se te riza cuando el tiempo está húmedo, si es demasiado lacio y sin volumen o si no hay mano humana que lo desenrede y lo coloque sin parecer Albert Einstein o Doc de Regreso al futuro.
Sabemos que es espantoso levantarte por la mañana y contemplar en el espejo esa maraña de pelos sin brújula. Tus sospechas de la batalla que han librado durante la noche se confirman y tu aspecto es una mezcla híbrida entre un alimoche y un gato mojado.
El problema es que, además, tienes prisa y te toca decidir, como muchos otros días, si llegar tarde a tu cita de las nueve o presentarte con un turbante que ya de paso te cubra la cara.
Es hora de tirar de desenredante, suavizante por kilos y plancha de cerámica. Vamos, un dineral y un tiempo interminable cada mañana para, en definitiva, acomodarlo medianamente.
Una vez te planteaste usar una redecilla de esas para el pelo. Incluso llegaste a comprar una. Pero entonces te viste en el espejo con una bata de cuadros y unas pantuflas y pensaste que, si lo hacías, dormirías muy sola el resto de tus días.
Lo peor fue cuando empezaste a usar todo tipo de aceites hidratantes, mascarillas de aloe vera con aceite de oliva, plátano y aguacate… ¡Parecías una ensalada tropical!, y Fernando no sabía si besarte o untar pan en la salsa.
Internet está lleno de consejos y seguro que los has probado todos. Hasta esos que dicen que te hagas un corte de pelo adecuado y que aprendas a peinártelo. ¡Pues vaya profetas! Si ya has probado todo tipo de cortes y de peines y de lacas y de remedios y tus pelos siguen pareciendo tener vida propia.
Sabemos que puede parecerte otro consejo más de tantos como ya has seguido sin resultado alguno, pero no te cuesta mucho probarlo y tampoco es algo que parezca tan antiestético o incómodo.
Puedes lavar tu pelo, aclararlo bien y utilizar alguna crema hidratante. Lo secas bien y quedará estupendo. Entonces solo tienes que hacer una coleta alta y enrollarla en la parte superior de tu cabeza, teniendo cuidado de que no esté muy tirante.
Este consejo lo debes seguir hagas el recogido que hagas, ya que es importante que tu pelo respire para mantenerlo sano en todo momento y no es bueno dormir con el pelo tirante y apretado.
No hace falta un recogido mucho más sofisticado, pero si quieres lucir elegante hay toda una gama de moños que puedes hacerte; como el moño cardado de Brigitte Bardot que era un moño suelto y desenfadado, ideal para dormir con él.
Aunque también podrías probar con una trenza y hacer de ella un moño recogido en una rosca o dejarla suelta, al natural. Hay una gran variedad de recogidos con trenza que quedan ideales.
No olvides nunca la premisa de oro de no apretar demasiado el recogido. No importará tanto si se deshace ligeramente durante la noche. Aún así, tendrás la garantía de tener el pelo mucho más domesticado al levantarte.
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