Te levantas de la cama, en la que llevas ocho horas (o más) acostado, te tomas un café, te vistes y te subes al coche: cuarenta y cinco minutos sentado hasta llegar a tu puesto de trabajo. Una vez llegas, subes en ascensor los dos pisos (no vayas a cansarte) y te vuelves a sentar… esta vez nueve horas en las que solo te levantas tres veces para ir al baño y una para comer, sentado, evidentemente.
¿Crees que esto es bueno para tu salud?
Nuestro cuerpo tiene forma de silla
Seguramente piensas que tú no puedes hacer nada para evitar esto, que tu puesto de trabajo en oficina requiere que te pases muchas horas sentado, pero también depende de ti que, una vez salgas, te mantengas erguido tantas horas como puedas. A ser posible ejercitándote un poco, ¡que vas a envejecer antes de tiempo!
¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo después de pasar muchas horas en una silla?
Te lo resumimos: nada bueno. Estamos creados para estar de pie y movernos, pero el sedentarismo es real cuando trabajamos sentados y tampoco hacemos nada por evitarlo o tratar de movernos un poco, nos dejamos llevar por la corriente de la vida.
Esto es lo que le ocurre a tu cuerpo después de pasar más horas sentado que de pie:
– Problemas de peso, ya que no quemas absolutamente nada. Bueno sí: la silla arde cuando te levantas de ella.
– Problemas cardiovasculares. Tu corazón se resiente de no hacer nada de ejercicio durante tantas horas, no sabe si te has despertado o sigues dormitando en tu cama.
– El sistema digestivo no se mueve, por ello es posible que tengas dolores de estómago o que el estreñimiento ya sea tu compañero de vida. Para que este funcione, se necesita que tu cuerpo también se mueva.
– Los huesos y los músculos prácticamente no trabajan, así que pierden fuerza. Es necesario entrenarlos.
– ¿Te duele la espalda? Este problema es común a una gran parte de la población que se sienta frente a un ordenador todo el día (y seguramente en mala postura). La columna vertebral pierde casi toda su flexibilidad.
– Tu circulación es un caos, ¿verdad? Y no, con el coche te defiendes bastante bien, pero las odiadas varices empiezan a aparecer y eso es fruto de tener las piernas bajo una mesa en la misma posición durante muchas horas.
– Tu cerebro tampoco sale mejor parado. Al final de la jornada, son muchas las personas que se van a casa sintiéndose frustradas y sin encontrarle sentido a sus vidas: unas vidas sedentarias y con poca emoción.
¡Pero es que tampoco le das emoción al llegar a tu casa!
¿Qué hacer para evitar estos riesgos?
Una cosa tenemos clara, y es que de repente no podemos cambiar de trabajo y que todas las personas que trabajan frente a un ordenador abandonen sus puestos, de modo que tratemos de seguir unos sencillos consejos.
– En lugar de hablar por ordenador, levantémonos para tratar ese tema con un compañero.
– Cada hora es recomendable levantarnos y estirar las piernas. Ir al baño es una buena opción.
– Hacer ejercicios con las piernas: no las tengas quietas.
– Sentarse en una buena postura. Si necesitas un cojín, tráelo de casa. Tu espalda te dará las gracias.
– Sobre todo, cuando llegues a casa no te dejes caer en el sofá. Sal a correr, caminar o vete al gimnasio.
Apunta estas notas y deja de ser tan sedentario mientras nos lees con una bolsa de ganchitos y tu refresco, que ya llevas muchas horas con el culo en esa silla.
