«Qué pena no estar en su cabeza para saber qué piensa sobre mí«. Cuando te gusta alguien, lamentas no tener una bola de cristal que adivine tu futuro con esa persona. Y ni falta que hace. ¿Sabías que con sus gestos puedes interpretar si se interesa por ti en el plano amoroso?
Como lo estás leyendo. El lenguaje no verbal revela más verdad que las palabras. La verborrea puede estar catapultando una mentira, pero su sonrisa se antoja delatadora. El poder de la expresión corporal es tal que incluso los expertos en la materia pueden aportar valiosas pruebas en un juicio. Y tu podrás saber si esa persona va a formar parte de tu vida o no. Y si será tu amigo o llegará a convertirse en tu media naranja.
Antes de estudiar sus movimientos, has de analizar su personalidad para no llevarte al autoengaño, creándote falsas ilusiones. Y es que, no todos nos expresamos de la misma manera. Los entendidos aseguran incluso que existen diferencias entre hombres y mujeres. Ellas se manifiestan más entusiastas. Ellos parecen menos efusivos en sus posturas. Te llevará más o menos tiempo si se trata de un caso u otro, pero, de igual forma, descifrar su comportamiento corporal te dará más de una pista sobre sus sentimientos.
Quizás estamos hablando de un individuo tímido que se sonroja con facilidad o tal vez nos estemos refiriendo a un donjuán por naturaleza. En el primer caso, las señales resultarán más sutiles. En la segunda alternativa, ni siquiera te hará falta consultar nuestro manual; sabrás de sobra si le gustas o solo le caes bien. Su mirada pícara se detecta a kilómetros de distancia.
Otro aspecto que debes tener en cuenta antes de conocer qué significa una determinada señal es que has de analizar el lenguaje corporal en su conjunto. En este sentido, los gestos aislados pueden conducir a equívoco y a una percepción sesgada de la realidad. ¿Ya has asimilado estos conceptos? Pues es hora de descubrir qué significan esos gestos que te regaló ayer mientras te invitaba a un café en el bar de la esquina.
– Arquea sus cejas levemente cuando te ve y ante determinados comentarios.
– Sus pupilas se dilatan, pero no a causa de la luz.
– Cuida su atuendo y su aspecto más de lo habitual.
– Te hace una radiografía con los rayos x de sus ojos desde la cabeza hasta los pies.
– Conversa con las palmas de las manos hacia arriba. Los expertos aseguran que se trata de una señal de invitación, de predisposición. En el caso de las mujeres, hablaríamos de las muñecas.
– Juega con su pelo o con los botones de su camisa.
– Su tono de voz es tranquilo, relajado y armónico. No balbucea.
– Copia tus gestos. Si tú bebes, esa persona acerca el vaso a su boca. Esa sintonía es producto de la empatía que sentís como amigos.
– Sus pies apuntan hacia ti. Esta señal resulta reveladora, pues no parece un gesto que la otra persona vaya a falsear para camuflar un interés por ti, ¿no te parece?
– No despega los ojos de tu cara ni cuando se derrama el zumo sobre la mesa.
– Te ofrece sonrisas tiernas y prolongadas.
–Te rodea con sus brazos de manera natural.
– Se acerca más de lo habitual para escucharte.
Como acabas de comprobar, no hace falta tener dotes de adivinación. Su lenguaje corporal te desvelará si terminará siendo tu pareja o vuestra relación se circunscribirá a la amistad, ¡que ya es mucho! Aprende a leer su cuerpo.
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