Parece ser que se trataba de alguna broma, pero un cliente quiso conectarse a la red, cuando vio que se llamaba «detonador remoto«. Sin más tardar, avisó a todo el mundo y se desalojó por completo el local.
La policía hizo acto de presencia y con la ayuda de un perro artificiero no encontraron rastro de nada, por lo que se trataba de una broma de mal gusto. Por suerte todo salió bien.