Esta canción es una máquina del tiempo con destino claro, los años 80 y por ende la infancia de David.
Inspirado por los beats que ya se colaban en su cabeza en aquellos momentos, nace una pieza que mezcla música disco, funk y pop, y que parece creada para una pista de baile repleta de luces de neón.
Aquí cobra vida uno de nuestros instintos más básicos, la diversión como forma natural de expresión.
El videoclip de Jardín de Flores, dirigido por Willy Rodríguez, nos transporta a un casting de baile ambientado en los años 80, donde personajes de diversa índole y cargados de personalidad intentan ganarse la simpatía de un excéntrico jurado, que sin remedio caerá rendido ante algunos de los concursantes, entre los que se cuelan un bailongo David Otero caracterizado como conserje y el cameo estelar de David Guapo parodiando a Karate Kid.