La búsqueda de empleo en la actualidad depende de una conjunción astral que has de solicitarle al departamento de recursos humanos de la empresa de tus sueños. Entregar un currículum sigue siendo el primer paso hacia el mercado laboral, pero ¿sabías que no tienes ni la menor idea de cómo redactar uno?
Lo habitual es ceñirse a la traducción literal del término latino para contarle tu vida, que es muy triste, a alguien que solo te quiere para que trabajes. Como comprenderás, hay cientos de personas que hacen lo mismo que tú y, seamos sinceros, leer todo esto y encontrar al mejor candidato no deja de ser un suplicio.
Sucede algo similar cuando la presentación es casi un telegrama con varias líneas en las que, a duras penas, resulta posible colegir a qué se ha dedicado el solicitante en el terreno laboral. Los siguientes consejos te serán de gran ayuda para lograr tu objetivo.
Por suerte, muchas empresas aceptan ya el currículum ciego, pero hasta que sea una norma general deberás tener en cuenta que:
– Tu información personal no es obligatoria. Sabemos que, tras el nombre, es lo primero que pones. Tu fecha de nacimiento y tu estado civil no son obligatorios. La idea es que te contraten por tus méritos y no que lean tu edad y decidan no llamarte.
– Direcciones de correo electrónico poco adecuadas. Hacerse una cuenta es gratuito. Olvídate de ‘elterrordelasnenas@gmail.com’ o de ‘princesasexy@hotmail.com’. A mejor imagen, mayores probabilidades de que te llamen (¡revisa si el número de teléfono que has puesto es el correcto!).
– Enlaces a tus perfiles en las redes sociales. Aunque creas que quedan muy bien y que te dan un aire moderno y actual, pueden ser el primer paso hacia seguir en el paro. Si tienes un blog profesional o un perfil en el que des a conocer tu experiencia laboral o tu dominio sobre un tema en concreto, perfecto. En caso contrario, ¿de veras crees que no van a entrar en tu perfil si les interesas? ¿Consideras apropiado que conozcan cómo terminas tras una noche de fiesta o cuáles son tus grupos favoritos? Tampoco incluyas tus aficiones y recuerda que la fotografía no es obligatoria.
– Cuidado con los idiomas. Poner que tu nivel de idiomas es C1, por poner un ejemplo, implica que te puedan entrevistar en cualquiera de las lenguas que, según tú, dominas. No te pases, ni te quedes corto. Si lo tuyo es el B1 adelante. Mejor ser sincero a que te cojan en un renuncio de complicada escapatoria.
– Prácticas y datos personales de jefes anteriores. Si estás comenzando en el mundo laboral, unas prácticas son tu única experiencia. Si ya llevas más años trabajando, puedes prescindir de este dato. En cuanto a los jefes anteriores, o a las personas que puedan dar alguna referencia sobre ti, es más apropiado incluir la posibilidad de solicitar referencias en la carta de presentación que en el propio currículum.
– Tu firma. ¿Te crees Dalí? Firmar es como confirmar que acabas de terminar una obra maestra aparte de ser de una pedantería que tira de espaldas.
Y un último consejo. Si abandonas los clásicos folios y te apuntas a la modernidad, podrás presentar un currículum mucho más visual, usando el vídeo o bien liándote la manta a la cabeza y llenando tu propuesta de originalidad y de lo único que realmente le importa a quien te vaya a contratar: tu talento.
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