Los atrevidos nos han contado historias alucinantes. Por ejemplo, una señora puso patas arriba su habitación al ver cómo desaparecía una araña. Al final no supo dónde se escondía y estuvo durmiendo durante varios días en el salón.
Por otro lado, una pareja incendió un contenedor que tenía dentro un panal de abejas. Al cabo de un rato, se dieron cuenta que el contenedor era de plástico, por lo que el fuego no se apagó tan fácilmente.
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