El problema es que siempre has sido responsable en todo, excepto en lo que respecta a tu teléfono. Las redes te ciegan. No puedes esperar a llegar a casa para publicar la foto de la paella que acabas de meterte entre pecho y espalda. Y las matemáticas se te dan peor que la repostería, así que tendremos que echarte una mano en este reto. ¡Comenzamos!
Conociendo tu dificultad para llevar las cuentas con garantías, lo primero que tienes que hacer es ayudarte de una aplicación en la que observes los movimientos. Las compañías suelen disponer de ese servicio (sí, aunque tú no lo hayas usado nunca, como aquel jersey de renos que te regaló tu suegra). De esta forma, tendrás la posibilidad de consultar cuánto llevas gastado en llamadas o cuántos datos te quedan para apretarte el cinturón.
Además, en los ajustes de tu teléfono puedes establecer un límite de uso de datos para que el dispositivo te avise cuando estés a punto de traspasar la línea. Evidentemente, si tienes como costumbre descargarte un capítulo de tu serie preferida en el autobús de vuelta a casa, tu móvil te regañará más que tu profesora de literatura en el instituto.
Desperdiciar datos cuando estás en la calle es, precisamente, uno de los mayores problemas. ¿Por qué no aprovechar tu estancia en el metro para devorar un libro en lugar de trastear con el teléfono? ¡No va a llegar el apocalipsis porque cuelgues esa imagen poniendo morritos con el wifi de casa a mano! Controlar el ansia te ayudará a no excederte en el uso de datos y, por lo tanto, a reducir los euros de tu recibo.
Estudia tus hábitos y establece un plan hecho a tu medida. Consulta las ofertas de cada compañía y compara. Con algunas puedes incorporar el número de un miembro de la familia, con lo que los dos saldréis ganando. La mejor tarifa no es la más barata, sino la que mejor se adapta a tus necesidades. Además, debes utilizar el botón de llamada para lo imprescindible. En su lugar puedes enviar un mensaje. Ahorrarás tiempo y dinero.
En definitiva, las claves para ahorrar en tu próxima factura de móvil son elegir la tarifa que se amolde a tus hábitos y controlar tus ansias de gastar datos fuera de casa o hacer llamadas innecesarias. No era tan difícil, ¿verdad?
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