Se ha confirmado que la persona se vuelve mucho más sociable, se mejora la calidad de vida, haciendo más ejercicio y cocinando incluso. También se eleva la productividad, favorece el descanso, aumenta la capacidad de concentración y por último, mejora la postura corporal, ya que se ha descubierto que mirar tanto al teléfono provoca, con el tiempo, síndrome del cuello roto, así que hay que tener cuidado con ello.
¡Escucha aquí a Patricia Imaz!