Si hay algo que ha revolucionado nuestras vidas, es, sin duda, la digitalización. ¿Cómo iban a imaginar aquellos niños de los 80 que esos inventos que copaban las películas de ciencia ficción no eran tan fantásticos como parecían? Si te hubieran hablado entonces de Internet, habrías alucinado. ¿Disfrutar de un concierto en directo desde el sofá de casa a través de un teléfono sin cables y sin botones? «¿Qué me estás contando?», sería tu respuesta.
Ese simple gesto se ha convertido, en pleno siglo XXI, en algo fundamental en nuestro día a día. No podemos vivir sin mantenernos continuamente conectados. Nuestra señal Wifi es una más en nuestros hogares. Y como miembro de la familia, nuestro deber es mimarla todo lo que podamos. Por eso, te ofrecemos, a continuación, estos sencillos trucos para mejorar tu conexión.
Su colocación resulta primordial para sacarle el máximo partido al ancho de banda. Intenta situarlo en un lugar elevado (la cercanía con el suelo facilita la pérdida de recursos) y evita todo aquello que pueda considerarse un obstáculo. El centro del domicilio y esos puntos en los que sueles utilizar tu móvil o tu portátil son los rincones más idóneos.
La saturación no parece buena compañera de viaje. Por este motivo, has de seleccionar un canal libre que te proporcione máxima rapidez y la efectividad deseada. ¿Y cómo saber cuál es el recomendado? Existen programas para conocer en qué canal operan tus vecinos. La idea es decantarnos por uno que no esté en uso para no contribuir a las interferencias.
No funcionan como detalles ornamentales, sino que ejercen un rol indispensable en nuestro cometido. Situarlas de manera vertical no resulta lo más aconsejable. De hecho, la disposición más recomendable es la tendente a un ángulo de 90 grados para incrementar la recepción. Este consejo no contribuye en un alto porcentaje a resolver nuestra incidencia, pero cada detalle suma. Otra buena alternativa sería adquirir unas antenas más modernas que nos faciliten esta labor.
Actualmente, existen dispositivos de banda dual. Nos proporcionan más velocidad y un mayor rendimiento, pues la banda cercana a los 2,4 megahercios suele presentarse saturada en zonas urbanas. ¿El inconveniente? No tenemos tanto alcance, lo que reduce nuestra cobertura. Valora qué te compensa más. La decisión es tuya.
¿Ya has probado los consejos anteriores? Es hora de corroborar el alcance de estas modificaciones. Para cerciorarte de que todo está en orden, realiza el correspondiente test de conectividad. Con esta prueba para medir la velocidad de carga sabrás también si estás disfrutando de los servicios que has contratado con tu compañía.
Si has aplicado todos nuestros consejos anteriores y todavía tienes problemas, quizá tu clave es un secreto a voces en tu bloque. Puede que más de un vecino se esté aprovechando de tus servicios. ¿La mejor solución? Acudir a la configuración del dispositivo que te proporciona la conectividad y registrar la dirección única de cada teléfono u ordenador autorizado para disfrutar de tu Wifi.
Mejorar la conexión sin cables de tu casa no resulta tan complicado como pensabas, ¿verdad? No hace falta ser un lumbreras. Con la aplicación de estos sencillos trucos que acabas de ver conseguirás esa intensidad de la señal que siempre habías deseado. Se acabaron esos momentos de desesperación con esperas infructuosas. Aumentando la velocidad de tu Wifi incrementarás también tu bienestar.
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