Quería saber cómo había ido el curso prematrimonial que había ejercido la señora y si tenía algún que otro pecado por purificar. Además, la atrevida ha contado que reza cada noche para que su relación sea siempre estable y buena.
¿Qué más le habrá preguntado el señor Montalvo? ¡Averígualo!