Lo mismo da que seas una atractiva veinteañera, que afrontes la crisis de los 40, que estés hecha una sílfide o que te sobre algún kilito. ¿Eres mujer? Pues tienes todas las papeletas para que estos antiestéticos hoyuelos se muden a tus piernas.
De hecho, alrededor del 90 % de las féminas padecen este mal. Sí, uno de los más democráticos del mundo, desde luego. Tan solo se muestra benevolente con las famosas. Aunque su trabajito les cuesta lucir esos glúteos de museo. ¿Cómo harán para moldear así su cuerpo?
Ciertos tejidos favorecen tus formas. Eso sí, te delatan, marcando esas acumulaciones de grasa que echan por tierra lo que podría haber sido una vestimenta perfecta. Canta victoria si tu problema solo reside en la apariencia. Es el menor de los males.
Y es que la celulitis no se antoja solo una cuestión de estética. ¡Ojalá! Podría conducir a problemas de salud. Estamos hablando de dolores en las extremidades y de calambres. Pero también de insuficiencia venosa, deficiencias en la circulación, hormigueo e, incluso, depresión. Como ves, no es para tomárselo a guasa. Si percibes alguno de estos síntomas, pide cita con tu médico. Si te encuentras como una rosa, réstale importancia e incluye modificaciones en tu rutina para combatir esa celulitis.
¿Llevas los pantalones más apretados que los tornillos de un submarino? Queda con tus amigas, vete de compras y, por favor, elige unos de tu talla. Cuando oprimimos nuestra piel con las prendas demasiado ajustadas, favorecemos la mala circulación, cambiando piel de melocotón por piel de naranja. Esta norma es aplicable a la ropa interior y a las botas altas.
La eliminación de las toxinas sobrantes no será efectiva si, además, amas la sal en la misma medida que a tu pareja. Tampoco si te apoltronas en el sofá y no sales a caminar. Vamos a ver, dormir con tu mantita de cuadros y tu gato a los pies mientras llueve y suena de fondo tu música preferida es un buen plan. Hasta ahí, todos de acuerdo, pero no debes darle ventaja a una de tus peores enemigas. Sí, seguimos hablando de la celulitis.
Llevar una dieta desequilibrada, hacerte demasiado fan de las copas, del cigarrito de después y echarle un mal de ojo a tu bicicleta agravan la situación. También lo hacen otros factores inevitables como la menopausia, la pubertad o el embarazo, así como los trastornos circulatorios hereditarios. Las siestas con los pies sobre un cojín y las cremas anticelulíticas te ayudarán a eliminarla. No al cien por cien. Eso, como el «fueron felices y comieron perdices», solo lo verás en las películas, por desgracia.
La celulitis es un rival fuerte, pero tienes que hacer un esfuerzo por combatirla. Como hemos visto, no solo puede tratarse de algo estético. Antes de que conduzca a un problema de salud, ponle remedio. Y si encima te sirve para lucir un cuerpo de escándalo, a nadie le amarga un dulce, ¿verdad? Bueno, no, los dulces mejor, de lejos.
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