Ruperto ha estado llamando desde Cuba a su querida Teresa, lo que pasa es que se ha equivocado y no dado con ella. Es más, todos le han dicho que se quedara allí, que no venga a nuestro país, que su chica no existe.
El pobre Ruperto ha acabado sin aire de tanto hablar con diversos atrevidos, incluso le pidió matrimonio a quién no debía.. ¡Está loco! Con lo emocionado que estaba por hablar con ella.
¡Escucha aquí la bromita!
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