El karma no se ha cebado contigo por prometer cada uno de enero que vas a apuntarte al gimnasio y luego ni asomarte por allí. Tu pobre can tampoco ha sacado su dentadura a paseo esta vez. Y, por si fuera poco, dejaste de fumar hace dos años, con lo que el cigarro tampoco resulta sospechoso. Entonces, ¿a qué se debe esta manifestación que hasta ahora definías como «paranormal»? Te desvelamos la solución de este misterio.
De acuerdo, a las polillas les gusta tanto tu armario como a ti los helados de cucurucho. Ahora bien, no siempre te los pides de fresa, ¿verdad? Pues a tus molestas y nada bienvenidas amigas también les gusta la variedad. ¿Por qué iban entonces a decantarse siempre por la zona de la barriga para ejecutar su obra? El área del pecho, donde está el bordado, ¡es mucho más apetecible para ellas!
Esos agujeros ubicados en la tela que cubre tu vientre tampoco son producto de la acción de la lavadora. De acuerdo, las funciones de tu electrodoméstico preferido son inteligentes, pero tanta precisión sería rizar el rizo, ¿no crees? A ver si ahora va a estar dotado de más puntería que tu hijo cuando le compraste aquel tirachinas.
Bueno, nunca está de más leer la etiqueta de la prenda para conocer los cuidados que debes profesarle al lavarla. Así, al menos, el agujero no se hará más grande.
Este efecto se multiplica si, además, permaneces sentado durante muchas horas. Vamos, que si trabajas en un despacho, tu fondo de armario sufrirá más cambios que el clima. Tampoco ayuda que te decantes siempre por el algodón o por tejidos de género dudoso. Efectivamente, para cortar por lo sano, la solución ideal es adquirir camisetas de mejor calidad. Claro, que a tu cartera quizá no le parece tan buena idea, ¿verdad?
Si no puedes invertir más billetes en tu vestuario, dóblalo y cuélgalo con cuidado. Por otro lado, puedes optar por usar pantalones sin botones y sin cremallera. De esta forma, estarás, además, apostando por la comodidad. Matar dos pájaros de un tiro resulta interesante, aunque otro remedio consistiría en ponerte prendas más amplias. Sí, en ocasiones vistes con dos tallas menos que la que te corresponde; alguien tenía que decírtelo…
Ahora ya sabes la razón por la que muchas de tus camisetas terminan sus días convertidas en paños para limpiar el polvo. También conoces algunos de los cuidados que puedes ejercer para retrasar este dramático final. ¿Vas a hacer algo por remediarlo o seguirás tirando a la basura prendas a las que podrías dar una vida mejor?
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