Es por ello que, Gabriela Brieba, Experta Europea en Calidad y Seguridad Alimentaria y consultora para empresas en “Sanpani.org”, ha conectado con Atrévete para desvelar los verdaderos peligros del anisakis y del amoníaco.
El anisakis es un parásito que reside en los pescados y que, si se ingiriera aún estando vivo, podría introducirse en el cuerpo del ser humano. Para evitar esto, los expertos recomiendan congelar el pescado para que el gusano muera. Hasta hace poco se recomendaba que estuviera 48 horas dentro del congelador, ahora es preferible que esté mínimo cinco días, para evitar infecciones.
Mientras que el anisakis ha estado vivo, ha tenido tiempo para generar toxinas que se han adherido a los músculos del pescado. Estos músculos son la carne que uno come. Cuanto más tiempo haya estado latente el parásito, más toxinas habrá generado.
Pero la realidad es que, no se contrae anisakis, sino que se sufre una intoxicación por estas cuestiones. ¿Cómo se evita tal intoxicación? Muy fácil, hay que degradar la toxina que reside en el músculo, es decir, cocinar la carne totalmente para que desaparezca.
En cuanto al amoníaco, hay que tener claro que se trata de un producto muy fuerte, al igual que muchos otros y que las personas manejan en sus respectivos hogares.
Estos productos pueden llegar a ser muy perjudiciales para la salud, por lo que hay que tener cuidado. Se debe utilizar uno a uno y hacer uso de guantes, mascarilla y tener una buena ventilación, porque los productos se convierten en gas y entran en las vías respiratorias, así que ojo.
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