Todos los que seguimos a Aleks Syntek sabemos que es un adicto a la red social Twitter. En ella no para de compartir información sobre sus directos, subir fotografías antiguas o interactuar activamente con sus seguidores. Sin duda, podemos hablar de él como un auténtico internauta empedernido.
Sin embargo, el 15 de septiembre de este mismo año desapareció de la web de forma repentina. Han sido 3 largos meses los que ha estado ausente y nadie podía decir a ciencia cierta qué había pasado con el cantante de Ríete del amor hasta que te mueras. Ha sido en los últimos días cuando ha vuelto y dado las explicaciones pertinentes:
Queridos fans y amigos, después de 3 meses de que mi cuenta twitter sufrió un congelamiento accidental la he podido recuperar, aquí estamos de vuelta 🙌🏼⭐️
Al parecer, Aleksha sufrido un «congelamiento» accidental y no ha podido acceder a su usuario en todo este tiempo. Tras una serie de retweets que hacían presagiar su vuelta, la confirmación definitiva ha venido con los 149 caracteres anteriores.
Aunque se le ha echado en falta, las ganas de un regreso son aún mayores si hablamos de su faceta musical. Fue el año pasado cuando escuchamos el último disco de Syntek. Este llevaba como nombre Trasatlánticoy se componía de versiones de grandes éxitos con colaboraciones de Ana Torroja o David Summers.
Aunque disfrutamos a lo grande con estas reinterpretaciones de clásicos pop, nos morimos por escuchar nueva música de su autoría. Aleks, ¡no dudes en volver!
Aleks Syntek, el «sinteclados»
Una de las últimas fotografías que ha publicado el artista en Instagram nos ha llegado al alma. En ella, le vemos de joven frente a un teclado y posando con una divertida mueca. En el texto que completa la publicación nos cuenta la historia escondida detrás de esta imagen:
Una publicación compartida de Aleks Syntek (@syntekoficial) el
Sus principios en la musica fueron complicados si juzgamos por este relato. Aquí cuenta cómo tenía que trabajar gratis sólo para conseguir un instrumento con el que ensayar: «No tenía teclados y en lugar de sueldo me permitían quedarme horas ensayando ahí. Por eso me llamaban “El Sinteclados”.
Una anécdota que se torna entrañable si tenemos en cuenta la estrella que es hoy en día. Hay que ser perseverante con nuestros sueños, ¡nunca sabes lo que puede pasar!
