Cuando dejas atrás la infancia te olvidas por completo, pero cuando llegan tus hijos o sobrinitos la imagen vuelve a cobrar vida. Nos referimos a esa entrañable estampa de padres despiojando a sus hijos como chimpancés en un documental.
Sí, creías que eso había quedado atrás, pero de pronto la realidad te da una bofetada y descubres que los piojos siguen existiendo. Nunca se fueron. ¡Están ahí para volver a fastidiarte la vida!
Si ves a tus hijos rascándose el coco y quejándose de picores con una frecuencia inusual, más vale que prestes atención. Es posible que tengan piojos, esos animalitos tan simpáticos que os acompañarán durante varios días y por los que tendréis que introducir algunas nuevas rutinas.
Pero ¿qué sabes de estos insectos? Sobre ellos corren muchas ideas preconcebidas que suelen ser falsas. A continuación os contamos diez claves sobre vuestras nuevas mascotas:
1. No llegan por falta de higiene. Al contrario: el cuero cabelludo sucio les impide alimentarse bien y el cabello enredado les estorba al desplazarse. ¿Pelo limpito y bien peinado? ¡El paraíso!
2. No se contagian de otros animales. A los piojos no les interesan los perros ni los gatos. Solo viven, se alimentan y se contagian de las personas.
3. No son saltarines. En realidad, se transmiten por contacto directo. Los niños los pillan jugando entre ellos. Los adultos no es que seamos inmunes, es que no solemos jugar con tanto contacto físico como los niños en el recreo. Al menos… no con ese contacto físico.
4. No viven en los tejidos. No necesitas prenderle fuego con un lanzallamas a un montón de ropa, no han salido de ahí. Los piojos necesitan el cariño y el calor humano que solo nosotros podemos darles. Quieren ser parte de tu familia. ¿Se lo negarás? ¿Cómo? ¿Sí? ¡Qué cruel! Entonces, lava la ropa de cama, los gorros y demás prendas con agua bien caliente.
5. No pueden vivir sin ti. Te necesitan. No sobreviven sin los humanos, pero aguantan unas 24-48 horas sin contacto. Por eso no se puede confiar en sombreros, peines o fundas de almohada. ¡Todo a lavar!
6. Compartir no siempre es bonito. Es mala idea que los niños compartan ciertos objetos. Las niñas suelen tener piojos más a menudo que los niños, pero no es porque tengan el pelo más largo. En realidad, se debe a que tienden a prestarse cepillos, coleteros, horquillas, lazos o diademas con sus amigas.
7. El mordisco no pica. Lo que provoca la sensación de picor es una sustancia que inyectan en la picadura que tiene efecto anticoagulante. Hacen esto para que la sangre, su alimento, fluya sin problemas. Es que tienen hambre, los pobres. Esa sustancia es irritante y causa dermatitis, por eso pica.
8. No intentes ahogarlos. Empapar el cabello, pasar media hora en la bañera o llevar al niño a la piscina no sirve para librarse de estos tiernos animalitos. Los piojos aguantan la respiración mejor que tú y que yo.
9. La abuela tenía razón. El remedio casero de lavar la cabeza con vinagre tiene su razón de ser. Este líquido disuelve el pegamento con el que los huevos se adhieren al cabello. El agua sola no lo consigue.
10. La abuela no tenía razón. Es una leyenda urbana que los piojos se alimenten de pelo o que lo estropeen. Solo lo utilizan para esconderse y poner huevos.
Ahora que has leído estas diez curiosidades sabemos que te está picando la cabeza, ¿verdad? ¡Es contagioso! Pero también es una información muy útil que te servirá para ganar alguna apuesta y, sobre todo, para que luchéis mejor contra esa amenaza. ¿Conseguiréis libraros de la foto en plan mandriles despiojando a las crías? ¡Eso esperamos!
¿Tus hijos no comen verduras? ¡Ahora sí lo harán!
Los bebés son como esponjas con los idiomas, ¿sabes por qué?
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.