Resulta que la mujer era abogada y dejó sus tentaciones a un lado. Fue directamente al banco y le reconocieron que se trataba de un error garrafal. Ella fue muy honesta y legal.
Por otro lado, en Reino Unido, una mujer metió en la cama a un niño que no era su hijo por equivocación ya que había una fiesta de disfraces en su casa y se pensó que era su peque. Una vez despierta se dio cuenta que no era él.