Una escapada al campo para merendar afecta al medio ambiente si no somos responsable de nuestros actos. Los restos de comida tardan en menos tiempo en descomponerse ya que se trata de alimentos orgánicos biodegradables. Una cáscara de plátano puede tardar hasta 10 días y, sin embargo, la de la naranja hasta 6 meses.
No obstante, si nos centramos en el plástico, tendríamos que esperar hasta 150 años para la descomposición de bolsas y ¡hasta 1.000 años si se trata de botellas!
Los residuos que más tardan en descomponerse por completo pueden pasar hasta miles de años en la naturaleza hasta que finalmente esta los elimina. En los casos de las pilas o las baterías, no desaparecen nunca. Además de ser contaminantes, ya se encuentren en el agua o en el suelo, el mercurio con el que están compuestas es altamente cancerígeno.
El vidrio es otro material que, además de ser altamente contaminante, tarda miles de años en descomponerse. Una botella de este material no solo es un peligro en medio de un campo donde con el sol se puede generar un incendio, sino que además afecta a los seres vivos que habitan a los alrededores.
– Pañuelos: hasta 5 meses
– Envases de cartón: hasta 5 años.
– Filtros de cigarrillos: hasta 2 años.
– Periódicos: hasta 4 semanas.
– Latas de refrescos: hasta 500 años.
– Envases de aerosoles: hasta 30 años.
– Telas: hasta 40 años.
– Tapones de plástico: hasta 100 años.
– Botellas de vidrio: pueden pasar miles de años hasta que una botella de vidrio se descomponga por completo.
Por lo tanto, antes de arrojar cualquier material al suelo, piensa en cómo afectará esto al medio ambiente y durante cuánto tiempo un gesto tan simple será un trabajo extra para la propia naturaleza, que deberá eliminarlo. Un acto tan simple puede cambiar el mundo y convertirlo en un lugar más limpio.
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