Son muchos los padres que están preocupados porque sus hijos son “demasiado buenos” y es que es muy sencillo abusar de ellos.
Son el tipo de niños que dejan sin problema sus juguetes si otro le sube un poco el tono. Agachan la cabeza, desvían la mirada y se los ceden.
Es normal que los padres se preocupen, imaginando cómo se relacionan sus hijos en el recreo del cole. Piensan que es al típico al que le quitan el bocata.
¿Qué debemos hacer? Debemos enseñarle a contestar sin ofender en este tipo de casos. De una manera muy asertiva, pero mirando de frente.
¿Cómo lo conseguimos? Los padres pueden hacer de modelo y generar este tipo de situaciones. Le explicamos cómo debería decir que no en el caso de que alguien quiera sus cosas y él no quiera dejarlas.
De esta manera le ayudamos a que mire de frente y a utilizar un tono de voz adecuado para la situación. Le entrenamos para la situación. Si el niño no sabe dar las respuestas adecuadas, como padre o madre se las enseñamos.
Una vez trabajado esto, generamos una situación intermedia: invitamos a unos amigos a merendar a casa. En ese momento buscamos situaciones donde el niño tenga que decir que no. Por ejemplo, que le diga a un amigo que el videojuego no se lo puede llevar a su casa o que se lo cambia por otro suyo.
Finalmente, ya vamos a la calle con él o ella y observamos cómo reacciona cuando le piden algo. En situaciones en las que el niño o la niña no sabían actuar vemos cómo se desenvuelve. Cuando los padres vean que ha sabido decir que “no”, le deben felicitar.
Con ello, enseñamos a nuestro hijo una serie de habilidades que le hacen falta a la hora de relacionarse.
¡Escucha aquí los consejos de Supernanny! (28.02.2017) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete.
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