Existen infinidad de razones por las que los niños tienen que hacer caso a sus padres. Desde pequeñitos deben obedecer a sus tutores para que la educación y la convivencia sean mucho más fácil. Nuestra experta en niños, Rocío Ramos-Paul, lo sabe bien y nos explica por qué no deben desobedecer.
Me encanta este tema porque podemos redefinir algunos conceptos que crean discusión: la autoridad, la disciplina o el respeto.
Estos conceptos realmente están muy bien redefinidos en educación, pero que sigue siendo necesario recordar.
¿Por qué tienen que obedecer los niños?
Primero. Es una manera de que aprendan a saber qué pueden hacer y qué no. Aprenden disciplina.
Segundo. A medida de que les pones límites, los niños se sienten muy seguros. Saben cuál es el comportamiento adecuado. Esto les permite estar tranquilos. Solo hay que ver en el colegio lo bien que se comportan la mayoría. Saben qué ocurre si se saltan la norma.
Tercero. Las normas les facilitan la vida y la convivencia. Sabemos cómo actuar en determinadas situaciones: desde cómo actuar cuando comemos hasta cómo coger un autobús.
Quinto: Los padres y madres son la autoridad y el referente que tienen. Si dicen que se hace algo, deben hacerlo para asustar un poquito. Las investigaciones dicen que los niños que no hayan tenido ni hábitos ni límites antes de los cuatro años pueden desarrollar un trastorno de conducta.
Sexto. Aprenden a equivocarse y a decir perdón.
Nos guste o no, aprender a obedecer es muy importante y existen muchas razones por las que nuestros hijos deben saber hacerlo.
¡Escucha aquí los consejos de Supernanny! (14.03.2017) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete.
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