Actualmente, las separaciones de parejas están a la orden del día. Antes, una vez que se pasaba por el altar no podías separarte de tu novio o novia hasta que la muerte os separara. Por suerte, los tiempos cambian y las relaciones ya no tienen porque ser para toda la vida.
Aunque un divorcio siempre es una comedura de cabeza, lo es más aún si se tienen hijos. ¿Cómo se lo decimos? ¿Se lo tomarán bien? ¿Tendrán un cambio de actitud?
Nuestra Supernanny, Rocío Ramos-Paul, nos da una serie de consejos de cómo darles a nuestros hijos la noticia.
Cuando nos vamos a separar debemos tener en cuenta la edad de nuestros hijos para saber cómo contárselo. También su personalidad y sus circunstancias. No será lo mismo decírselo al niño de siete años, que pide explicaciones, que al de catorce, que a veces incluso se queda aliviado. Aunque pregunte y tengas que hablar con él, ya no vive la tensión.
El niño pequeño piensa que lo que pasa en su casa es lo que ocurre en todas. Puede creer que tener discusiones y gritarse es la dinámica normal. El de catorce sabe que existen distintas realidades y cuando se separan piensa “qué maravilla”. Porque estas situaciones suponen un punto de estrés para toda la familia.
A la hora de enfrentarse a un divorcio tanto niños como adultos pasan por distintas fases. Primero la negación, dicen “no es posible, no se van a separar”.
Después llega el enfado y en los niños se ve muy claro: se cabrean con los padres, si son más pequeños vuelven a hacerse pis encima, si son mayores están irritables todo el día o bajan el rendimiento escolar.
Luego está la fase “fantasía”. Piensan que los padres se van a volver a juntar. A esto le sigue un pequeño estado depresivo, ya que sus suposiciones no se han cumplido. Lo que tienen que hacer es aprender a enfrentarlo: ser conscientes de que esto es una ruptura y no hay vuelta atrás.
A partir de ese momento, sea adulto o niño, nos organizamos.
Primero: Disminuir la incertidumbre que les genera alterar las rutinas. Responder a las preguntas como: ¿me voy a cambiar de cole?, ¿voy a dejar de ver a mis amigos? Es su mundo y es normal que se preocupen por ello.
Segundo: Cuando una pareja ya lleva tiempo separada, los hijos empiezan a tirar de la expresión “Es que papá/mamá me dice…” para manipular. Lo que debemos hacer es poner límites y decir que ese tema lo debe hablar con él o ella. Eso forma parte de la relación que establezca tu pareja con tu hijo sin ti.
Tercero: Hay que reconocer las emociones que sienten los niños. Hay una obsesión que tienen los padres cuando se separan de hacer felices a toda costa a los niños regalándole premios. No hay que hacer esto. Hay que aceptar que se enfaden y que estén tristes. Podemos buscar una actividad que los entretengan y que les guste para no pensar tanto en ello.
El divorcio, a pesar de ser un duelo que sufre toda la familia, tiene una parte positiva: enseña a nuestros hijos a enfrentarse a situaciones de estrés.
¡Escucha aquí los consejos de Supernanny! (25.04.2017) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete.
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