Pensar en comprarte una casa, comenzar una relación, mudarte a otro país o dejar el trabajo para cumplir tu sueño. En ocasiones, es mejor no tomarse la vida en serio. Ni tú ni yo vamos a salir vivos de ella. Eso sí, otras veces, la coyuntura requiere sensatez y reflexión, como en estos casos. No sólo por ti, sino porque tu elección puede afectar a terceros.
Si eres tan indeciso que dudas hasta de la cola en la que ponerte en el supermercado, probablemente te cueste tomar esas decisiones a las que todos tenemos que enfrentarnos en algún momento de nuestra existencia. Solo necesitas voluntad, confianza en ti mismo y estos consejos que te ayudarán a no perderte en laberintos y hallar la salida correcta.
Antes de nada, ten presente que adquirir una postura rotunda, contundente y definitiva mejorará tu autoestima. La determinación y la osadía es de valientes. Y el futuro es de los valientes, recuérdalo. Sí, puede que no salga bien, pero de los tropiezos se aprende.
Te levantarás con más fuerza y ganarás experiencia para ser más preciso y escrupuloso en tus dictámenes en la siguiente ocasión. Ya has tomado la primera decisión importante: quieres aprender a tomar decisiones importantes. Lo que toca ahora es seguir estas recomendaciones:
Huir del problema no es un buen método. Taparse los ojos o mirar para otro lado no hará que desaparezca. Tarde o temprano te verás obligado a elegir un camino.
Así que, deja de remolonear y de ver cómo desaparecen las hojas del calendario cruzado de brazos. El primer requisito para una buena elección es ser consciente de la situación a la que te enfrentas. ¡Espabila!
Seguro que ya lo has hecho más de una vez y supone un punto de partida para reflexionar. Primero enumera las posibilidades que tienes (probablemente, sean un sí y un no) y a continuación, relata los inconvenientes y los puntos a favor que conlleva cada alternativa.
Si una de las opciones gana por goleada, la sentencia es clara. Si la cosa acaba en tablas, has de seguir buscando para encontrar tu premio. Recuerda que las cosas no siempre son blancas o negras, existen los colores intermedios o varias salidas a una misma situación.
Ser perfeccionista es una virtud, pero si lo llevas a la máxima expresión, sufrirás más de lo recomendado. Por eso, no te flageles si la decisión por la que has optado termina no siendo milagrosa.
En muchas ocasiones, las cosas se tuercen por otras circunstancias que irrumpen sin avisar. Eso no significa que en su momento eligieras el camino indicado.
Se trata, en definitiva, de sortear los obstáculos que nos pone la vida. Y para ello lo mejor es confiar en uno mismo y no tener miedo a la caída.
Acepta consejos, pero que nadie tome las decisiones por ti. Y es que, los sentimientos desempeñan un rol importante en cada elección de nuestra vida.
Nadie está en tu cabeza, sólo tú experimentas esas sensaciones, así que eres el más indicado para liderar este cometido. Piensa en ti y en lo que quieres. Solo así serás feliz.
No existe una fórmula universal para aprender a ser decidido. Eso sí, si a las pautas anteriores le añadimos un ingrediente indiscutible, tendrás el camino despejado para conseguirlo. Te hablamos del instinto.
Los impulsos, las corazonadas y ese sexto sentido que todos tenemos poseen más fuerza de la que piensas. Haz caso a tu intuición y avanzarás en la vida. Toma la salida ya y serás el campeón de tu competición particular.
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