Esos episodios de angustia guardan información sobre nosotros, revelan cómo nos sentimos. Una pesadilla puede desvelarte temores de los que ni tú te habías percatado. ¿Estás preparado para descubrir más sobre tus miedos más ocultos?
Esos fenómenos que nos atormentan y nos provocan hasta una lágrima con los ojos cerrados no son exclusivos de tu cerebro. Las pesadillas de todo hijo de vecino giran alrededor de unos temas recurrentes. Busca en este decálogo la que tuviste anoche y hallarás el porqué de tus inquietudes:
Significa que tienes problemas de inseguridad y de autoestima, provocados por la ansiedad que te genera ser juzgado por los demás. Te sientes fuera de lugar.
Refleja tus temores a enfrentarte a la soledad y tus complejos. Si sueñas con una persona que ya murió, la explicación es clara: la echas de menos.
Si la que se representa es tu propia muerte, indica que algo en tu vida está llegando a su fin. Por ejemplo, una relación o un trabajo.
Esta pesadilla es una de las más frecuentes. Puedes tenerla incluso en una cabezada de cinco minutos y representa que algo se te va de las manos. El estrés te atrapa y te asusta perder el control.
Su significado se equipara a ese sueño en el que perdemos los dientes. También tiene que ver con la ausencia de autoestima, la inadaptación y lo vulnerables que nos sentimos en un trabajo o en una nueva ciudad.
Los expertos aseguran que es la pesadilla más frecuente. Generalmente, el enemigo es un animal peligroso o una persona furiosa. Indica nuestro odio a la disputa y se da cuando la tensión con tu jefe se puede cortar con cuchillo. Las personas que han sufrido abusos serían más propensas.
Este sueño se da bajo el agua o en un habitáculo estrecho. Un evento que está por llegar te preocupa. Aparece también en momentos en los que no vemos la salida y cuando nos supera la rutina.
Refleja tus debilidades. Estás pasando una etapa en la que te sientes vulnerable y ese golpe que recibes en el sueño es un puñetazo a tu personalidad.
Soñar con terremotos implica problemas de relación social y crisis nerviosas. Puedes estar albergando un miedo a punto de desatarse.
La presión diaria y tu compromiso te hacen pasarlo mal cuando sueñas con que llegas tarde o suspendes un examen, aunque se cumplan 20 años de la última vez que fuiste a clase.
Entre lo normal y la pesadilla se encuentra ese sueño cuya protagonista es la tecnología que no funciona. Si cuando cierras los ojos ves que el ordenador te planta cara, que el móvil te explota o que no funcionan las pilas del mando a distancia, es señal de que sufres ansiedad.