Seguro que alguna vez te ha pasado: comes, comes y comes más aún, y sigues teniendo hambre. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no consigues saciarte? Todos hemos tenido este problema alguna vez y sabemos que el hecho de sentir la irrefrenable necesidad de picar entre horas no es una buena señal. El hecho de que siempre tengas hambre y no logres saciarte tiene una explicación: estás cometiendo errores en tu alimentación.
En este artículo te hablamos de algunos errores que muchos cometemos a la hora de comer y que hacen que tengamos que picar entre horas. Si queremos seguir una dieta sana y equilibrada y, además, queremos guardar la línea, es de vital importancia que tengamos en cuenta estos puntos, para intentar evitarlos.
1. Saltarte comidas: Especialmente saltarte el desayuno hará que tengas más hambre durante el resto del día. Tómate diez minutos cada mañana para prepararte un buen desayuno y verás como tu sensación de hambre desciende en picado. Además del desayuno, es importante que tampoco te saltes la comida o la cena. Lo ideal son tres comidas diarias y dos aperitivos (sanos, claro está): un almuerzo y una merienda. Si comes cinco veces al día, tu metabolismo estará mucho más acelerado que si solo comes dos.
2. ¿Comes poco? Es un error evidente, pero que se comete con frecuencia. Quizá has aumentado tu nivel de actividad diaria, pero sigues comiendo lo mismo. Es posible que tu cuerpo necesite más comida de la que le proporcionas. Asegúrate de que las raciones son lo suficientemente abundantes, ¡aunque tampoco comas por dos!
3. ¡Comes demasiado rápido! Tómate tu tiempo para masticar bien y comer tranquilamente. De lo contrario, la sensación de saciedad tardará más en aparecer y, por consiguiente, comerás más.
4. No sigues una dieta equilibrada. Olvídate de la bollería, ya que no consigue saciarte. Intenta seguir una dieta equilibrada y sana que te ayude a mantener todos los niveles en orden.
5. No consumes proteínas. Las proteínas nos dan mayor sensación de saciedad que los carbohidratos. Lo perfecto sería que incluyeras también las proteínas en el desayuno. Por ejemplo, un huevo.
6. Comer por estrés: Muchas veces nos sentimos al límite de nuestras emociones: alterados, estresados, nerviosos… Intenta evitar este estado y contrólate a la hora de comer.
1. Tienes sed. A veces confundimos la sed con el hambre. Esto ocurre porque ambas sensaciones están controladas por la misma parte del cerebro: el hipotálamo. Para que esto no suceda, siempre tienes que estar hidratado y beber mucha agua.
2. ¿Has dormido lo suficiente? Si has dormido poco, puede ser que tu hormona encargada de eliminar la sensación de hambre (la hormona leptina), se haya reducido, por lo que no ejercerá su función con normalidad. Por tanto, asegúrate de dormir bien, al menos 7 horas diarias.
3. Te aburres. Aunque te parezca extraño, es cierto que si pasas muchas horas sin hacer nada y te aburres, acabarás atracando la nevera, simplemente por mantenerte ocupado. Distráete y busca cosas que hacer: ¡mantén la mente activa!
4. Ves demasiada comida. ¡Exacto! ¿Eres de los que se pasa la tarde buscando recetas o viendo fotos de comida suculenta? Eso también desarrolla tu sensación de hambre y hará que quieras comerte 300 hamburguesas de una sentada. Será mejor que no te tortures con todas esas fotos…
Ahora ya sabes un poco más sobre los errores más comunes que provocan que tu sensación de hambre nunca acabe. Toma nota de ellos e intenta no cometerlos si quieres eliminar esa mala costumbre de tu vida. ¡Pon en práctica nuestros consejos! Además, recuerda siempre que debes seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio.
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