La agencia de viajes de Roma con la que viajó la persona ha contactado con el Padre Montalvo para que solucione este suceso tan irrespetuoso.
¿Cómo se arregló? La respuesta es obvia, rezando. Aunque el atrevido sorprendió al cura ya que no sabía ninguna oración, aunque hizo el esfuerzo por seguirle en todo momento.
¡Cuidado con los selfies!
¡Escucha aquí la bromita!