Para bien o para mal, vivimos en una época en que las redes sociales dominan muchos aspectos de nuestra vida. Cualquier cosa que hagamos o digamos puede ser vista por todo el mundo, incluyendo a tu pareja. La típica pregunta de «¿quién es esa/ese?» suele aparecer en algún momento y provoca que los problemas de desconfianza comiencen a aflorar. Además, pasar demasiado tiempo con las nuevas tecnologías en lugar de con tu pareja también puede provocar discusiones entre vosotros.
Aprender a convivir con alguien ya es bastante difícil. Si vives con tu pareja conocerás todos sus hábitos y manías, desde los más adorables hasta los más odiosos. Todos tenemos manías a la hora de limpiar, o de no hacerlo, que pueden resultar irritantes a los demás. Cuando los platos sucios comienzan a acumularse, pero nadie quiere lavarlos, comienzan las discusiones.
Frases como «soñé que me había engañado y me enfadé con él/ella cuando me desperté» no solo es tonto, sino que suena como una locura, si lo pensamos con calma. Pero es más frecuente de lo que pensamos y puede que alguna vez te haya pasado a ti. También se da el caso de las fantasías mentales con otras personas, que pueden llegar a molestar mucho a tu pareja.
Traer de vuelta asuntos que ocurrieron mucho tiempo atrás es una forma segura de convertir una pequeña discusión en una pelea más grande e intensa. Es mejor hacer caso a esa frase de El Rey León que dice: «Siempre hay que dejar lo atrasado en el pasado”.
Es fácil ponerse celoso por el pasado de tu pareja porque no quieres recordar la vida anterior a cuando tu llegaste a su vida, pero las peleas sobre lo que sucedió entonces no merecen la pena. No se puede hacer nada al respecto y, además, todos tenemos un pasado, incluso tú.
Quizás, en más de una ocasión, has empezado una discusión que ha terminado en una bronca más fuerte al tratar de decidir dónde ir a comer. Ya sea porque uno quiere comida china y el otro quiere italiana o, simplemente, porque ambos estabais indecisos sobre dónde queríais comer. Lo cierto es que pelear por esto es realmente absurdo.
Podemos tener horarios extremadamente ocupados y descuidar a nuestra pareja sin ser conscientes de ello. Organiza una noche a solas de vez en cuando y trata de mantener vivo el amor.