Pero ¿cómo conseguir una mente en forma cuando el trabajo, los quehaceres diarios y las preocupaciones suponen una carga emocional difícil de sortear? Siguiendo estos consejos aprenderás a controlarla y no te jugará malas pasadas. Porque recuerda: todo lo que hacemos pasa por nuestros pensamientos.
¿Quién mejor que tú para ejercer de entrenador personal? Establece tu plan de tareas y no lo descuides. Mantente firme, como Clint Eastwood en ‘Million Dollar Baby’. Solo así sacarás el máximo provecho. Al fin y al cabo, es tu cerebro el que te conducirá al éxito, antes que tu cinturita o tus abdominales. ¡Empiezas hoy!
Un libro supone el vehículo más idóneo para viajar desde el sofá. Las historias incentivan la imaginación, aumentan tu vocabulario y te permiten ahondar en temas en los que aún eres un principiante. La frase «el saber no ocupa lugar» se antoja manida, pero certera. No tienes por qué ceñirte a las novelas negras o a las románticas, puedes optar por una revista.
La música se erige como antídoto universal. Su poder y el de la mente unidos son milagrosos. No te limites a escuchar discos de tus grupos de cabecera. Abrir puertas a otros estilos te permitirá expandir tu mente y vivir sensaciones nuevas y excitantes. Quizá descubras una nueva pasión.
Quizá no, pero te servirá para explorar otros conocimientos y debatir con criterio sobre esa rama de la música. Este entusiasmo no se circunscribe a este ámbito. El séptimo arte o el teatro también te ayudarán en este cometido. Ve preparando palomitas. Se alza el telón.
No te hace falta ser Marty McFly para viajar al pasado. Tan solo tienes que divertirte. Así de simple. La respuesta reside en los pasatiempos de destreza, los videojuegos o las cartas. Las pruebas, los cuestionarios o la habilidad para tener que manejar las manos estimulan el cerebro hallando la solución a cada contratiempo. Una terapia nada aburrida, ¿verdad?
Ingerir los nutrientes necesarios favorecerá no solo tu agilidad física, también la mental. El abuso de grasas o la bollería industrial no solo no ayudan a que te veas mejor frente al espejo, sino que no contribuyen a lograr tu bienestar. En este punto, sacamos a colación la archiconocida sentencia: «Mente sana en cuerpo sano».
Todo es ventajoso en este sistema. Conocer otras lenguas te abre las puertas a trabajos apasionantes y te ayuda a exprimir al máximo tus escapadas al extranjero. Eso, sin contar con los beneficios que te aporta mentalmente. Tu memoria estará más fresca.
Con esta tabla de ejercicios lograrás fortalecer tu mente, tenerla como amiga en lugar de convertirse en una mala compañía. ¿Esto para que te sirve? En definitiva, para ser feliz. Casi nada, ¿no? Y es que, a partir de ahora no gastarás energía en vano. Además, los pensamientos negativos se evaporarán en beneficio de los positivos, sacándole así el máximo partido a tu potencial. Eliminarás el «no puedo más» por «puedo con todo».