Un gesto tan simple como sonreír es una proyección de nuestra personalidad en los demás. Además, la cantidad de veces que sonreímos afecta a nuestra actitud para soportar los retos que nos vienen en la vida. Una persona alegre es más optimista, y los demás le verán como alguien seguro de sí mismo capaz de afrontar cualquier cosa. Por consecuente, eso elevará tu nivel de autoestima. ¡A sonreír se ha dicho!
El color rojo siempre ha sido un sinónimo de amor y pasión. Muchos estudios científicos aseguran que vestir de rojo te hace sentir más atractiva y segura de ti misma. Además, no solo ayuda llevarlo en la ropa y accesorios, los labios rojos son un acierto seguro. Según un estudio de la Universidad de Manchester, la boca es el lugar al que más tiempo mirando dedica un chico cuando conoce a una chica. Y, si estos están pintados de rojo, ¡el promedio de tiempo aumenta!
Una de las cosas que más nos representan y caracterizan es nuestra forma de hablar. Cuidar el vocabulario y hablar bien de los demás (incluso de ti misma) te hará sentir mejor con respecto a tu autoestima. Es importante de qué manera hablamos pero más incluso sobre qué lo hacemos. Evita las malas palabras cuando algo te desagrada y, sin embargo, muestra pasión por aquello que te encanta. ¡Todo eso se reflejará en tu forma de ver la vida!
La postura corporal correcta no solo nos evita problemas futuros de salud, sino que además hace proyectar cierta seguridad en uno mismo que ¡te hará sentir más atractiva! Las personas que caminan erguidas con confianza y paso firme son más atractivas a los ojos de los demás que aquellas que lo hacen encorvadas o cabizbajas. También influye a la hora de sentarse en una silla correctamente y no con una postura demasiado relajada dejando caer el cuerpo.