Nos vamos junto a Patricia Imaz y su vuelta al mundo hasta Japón. Allí se ha descubierto un nuevo invento. Se han comenzado a utilizar las sardinas secas como un accesorio japonés. En concreto para el pelo o como joyas y encima sin rastro de olor a pescado, desapareciendo totalmente. Los ojos se sustituyen por diamantes de Swarovski. ¿No es ideal?
Por otro lado, en la isla inglesa de Wight, se ha inaugurado un «Museo de la caca«. Donde se pueden ver diversos tipos de excrementos encerrados en bolas de cristal. Se quiere normalizar una de las sustancias más importantes del planeta.