Se portan fenomenal y entre ellos se llevan de lujo, pero a la hora de comer se ponen como fieras si uno recibe un poquito más de comida que el otro.
Su padre siempre intenta equilibrar los platos, pero como uno tenga una patata frita más que el otro ya comienzan las discusiones. Son unos apasionados por comer.
Sergio no sabe qué hacer para calmar la situación insostenible. Es por ello que pide ayuda a nuestra experta en niños, Supernanny.
Las discusiones entre hermanos son inevitables. Siempre existe algún problema o tontería que lleva a la pelea entre dos o más peques.
Hasta que tengan cierta edad, esto no dejará de suceder. Pueden discutir por querer ver la televisión uno antes que otro, por el baño, por cosas materiales e incluso por la comida, entre otros.
Llegará el día en que se cansen y ya querrán que su madre o padre les sirva. Los peques son muy vagos y prefieren tener todo hecho antes que tener que realizarlo.
Lo único que deben tener en cuenta los padres en estas situaciones es que nunca se falten el respeto. Eso hay que tenerlo controlado, dado que luego podría convertirse en una costumbre hablar mal a los otros. La educación es primordial.
Sergio tiene que utilizar estos consejos mencionados para que todo vaya a mejor y el problema se solucione cuanto antes. Seguro que no es fácil escuchar a los hijos estar todo el día quejándose por la comida, al contrario, debe saturar la mente de uno mismo.
Es por ello que es conveniente dejar que lo arreglen entre hermanos y decidan cuánta comida quieren en su almuerzo o cena.
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¿Qué hacer si nuestros hijos lloran en su primer día de cole? ¡Supernanny!