Paula es madre de un chico de 17 años que, como no recibe dinero en casa porque no estudia, le pude dinero a su abuela mintiéndole. “Le dice que es para libros, material escolar o excursiones y mi madre, que es muy mayor, se lo da. ¿Qué podemos hacer con mi hijo, que es un parásito y se aprovecha de mi madre?”, pregunta Paula a nuestro Pedro García Aguado.
Para empezar, la madre debería cambiar su argumento: su hijo se comporta como un vago y un interesado, pero no tiene por qué ser de esta manera. No debería ponerle esa etiqueta tan dura.
Debería hablar con la abuela, explicarle que están tratando de educarle para que estudie y que no recibir dinero es una consecuencia. Si estudia tendrá su paga, sino no. Que ella no desautorice a los padres.
Es cierto que si Paula califica a su hijo como “parásito”, se está quitando responsabilidad. Los hijos y las hijas se comportan como nosotros les hemos enseñado. Posiblemente a este niño lo hayan educado de una manera consentida y mimada. Ahora él sigue exigiendo lo que cree que le corresponde. Yo bajaría el tono y no juzgaría al chaval de esa manera, sino que lo reducaría y le enseñaría por qué tiene que estudiar.
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