Cristina es mamá de una niña de dos años y medio que se ha convertido en toda una mentirosa compulsiva. Pero ese no es el problema, ¡la peque miente tanto que ha acabado por creerse sus propias fantasías!
“Cuando le pillo la mentira intento razonar con ella y la tengo un rato castigada. ¿Qué puedo hacer?” pregunta Cristina a nuestra experta de niños, Supernanny.
La hija de Cristina no es mentirosa, dice mentiras que es distinto. No podemos etiquetar a la niña como mentirosa y, aunque parezca mentira, de esta manera le está dando permiso para que mienta.
La niña solo tiene dos años y medio, está en la edad de no saber distinguir entre realidad y fantasía. Está dentro de lo normal y de lo evolutivamente esperable.
Además, está en la época en la que de algún modo saca beneficio de las mentiras que lleva a cabo. Si de esta manera consigue llamar la atención contándote una mentira sobre su papá pues ya tiene premio.
Para evitar que diga tantas mentiras podemos empezar a reforzar y a premiar otras actitudes que no tengan nada que ver con la mentira. Esto no significa que no la castiguemos cuando las diga, significa que la premiemos si dice la verdad.
¿Quiénes mienten cuando son más mayores? Todo el que encuentre beneficios en la mentira y no aprenda otra forma de responder o de librarse de un castigo va a utilizar la mentira. También aquellos que busquen llamar la atención y les salga bien. Pero ojo, que la mentira tiene las patas muy cortas.
A los niños también se puede aplicar. Y si en casa está acostumbrado a escuchar mentiras, finalmente las dirá.
¡Escucha aquí los consejos de Supernanny! (21.04.2017) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete
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