Es el caso entre la hija de 19 años de Sandra y su madre de 76. La relación ha llegado hasta tal punto que la situación es insostenible. La casa se ha convertido en un infierno, y no paran de discutir.
“Mi madre es muy tradicional y no entiende la vida que lleva mi hija, una chica que va a su aire y entra y sale cuando quiere de casa, pero sin causar problemas. El otro día en la peor discusión de todas, mi hija le levantó la mano. Se contuvo y se fue llorando de rabia.”, dice Sandra a nuestro Pedro García Aguado.
Es inaceptable que la nieta levante la mano a la abuela por muy pesada que se ponga. En este caso hay que entender a las personas mayores.
Muchas de las veces en las que dicen este tipo de cosas o se quejan son porque buscan atención. Por ello, tanto Sandra como su hija tendrán que cargarse de paciencia.
¡Escucha aquí los consejos de Pedro García Aguado! (22.03.2017) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete.
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