Se dice de nosotros que somos fiesteros, poco trabajadores, excesivamente cómodos y conformistas, pero todo el mundo quiere disfrutar de las bondades de nuestro clima, gastronomía de primera, playas espectaculares, interiores de película y un pueblo que le «pone alma» a todo lo que hace.
A continuación, vamos a enumerarte algunas costumbres muy nuestras que para cualquier extranjero no dejan de ser extrañas.
¿Hace falta hablar gritando? Para nosotros es muy normal. La mayoría de extranjeros piensa que gritamos continuamente y que siempre estamos discutiendo. Ese carácter tan latino, emocional y «chulesco», algo similar al de nuestros primos hermanos, los italianos; no deja de sorprender.
En España, saludamos a la gente con dos besos. Esta costumbre es muy rara para el resto de países porque esa cercanía suele chocar. Además, nosotros somos muy sociables y cogemos confianza enseguida; por ese motivo es muy normal que regalemos más besos a una persona con la que hemos estado hace un rato.
En España, todo lo hacemos más tarde. Aunque somos madrugadores nos acostamos a las tantas. Las calles de nuestras principales ciudades siempre están repletas de gente hasta horas tardías. Además, los horarios de nuestros establecimientos son muy amplios en comparación con los de otros países.
Este horario también influye en nuestras comidas, pues estamos muy acostumbrados a comer y cenar entre dos y tres horas más tarde que en la mayoría de los países. Eso sí, no falta el café varias veces al día, el tapeo otras tantas y luego las principales: desayuno, almuerzo y cena. ¡Somos de comer bien!
¡Qué bien sabe ese ratito que dormimos después de comer!. Aunque es cierto que la siesta se ha vuelto popular y normal entre ciertos extranjeros, porque está demostrado que mejora la salud y la circulación, aun así no deja de ser una costumbre muy nuestra.
Después de comer nos entra ese sueño tonto que nos invade y nos refugia en nuestro sofá como mínimo durante 30 minutos. Este estereotipo ha ido cambiando con el paso de los años porque el actual estilo de vida no lo permite.
Hemingway se enamoró de nuestro país e hizo popular nuestros toros y los sanfermines. Cuando un extranjero acude a una corrida de toros puede salir blanco o atónito. Les llama mucho la atención, aunque a una gran mayoría les acaba gustando y repiten. Una tarde de toros puede convertirse en una experiencia muy especial y llamativa.
El tapeo no solo nos gusta a los españoles, le gusta prácticamente a todo el mundo que disfrute socializando. Una bebida y una tapa típica con tortilla, ensaladilla, unas aceitunas o cualquier innovación gastronómica no deja de ser un reclamo muy popular. Asimismo, nuestra dieta mediterránea, icono y fuente de salud, es un auténtico reclamo.
Los jóvenes españoles están muy acostumbrados a salir por la noche hasta altas horas de la madrugada. Las discotecas en España suelen abrir hasta las seis o las siete de la mañana. Mientras, en el resto de Europa se retiran mucho antes a dormir.
Estas son algunas costumbres a la orden del día, pero podríamos añadir las fiestas populares, los churros con chocolate y un largo etcétera.