Probablemente, te estarás preguntando cómo puede ser esto. Pues bien, antes de buscar el metro para tomar medidas al semblante de la persona con la que duermes y exigirle explicaciones, te contamos por qué los investigadores han llegado a esta conclusión.
A juzgar por los resultados, estos sondeos parecen de ciencia ficción, pero no, se antojan más realistas de lo que crees. Profesionales de la Universidad de Nipissing, ubicada en Ontario, inspeccionaron a 145 universitarios emparejados de origen caucásico (un 58 por ciento de la muestra pertenecía al género masculino).
Estos voluntarios rellenaron cuestionarios sobre su universo sexual y fueron fotografiados tras tomar medidas de su cara para calcular el denominado índice FWHR, es decir, la media del ancho y el largo. La altura comprende las cejas y la parte superior del labio.
Este planteamiento fue similar al que aplicaron los científicos en una segunda muestra. En este caso, con la ayuda de 314 personas. El objetivo era contrarrestar los resultados recogidos con anterioridad, introduciendo cuestiones sobre la orientación sexual, sobre esas relaciones de «aquí te pillo, aquí te mato» y sobre los pensamientos infieles.
Los resultados fueron idénticos. Según estos dos sondeos, podemos afirmar que tanto las mujeres como los hombres con rostros más anchos, cortos y cuadrados tienen la libido más pronunciada que aquellos que presentan semblantes más estrechos y más alargados. Es decir, los seres humanos con mayor índice FWHR poseen más apetito sexual.
¿Es tu caso? Si la respuesta es no, tu pareja podrá respirar tranquila. Y es que, el estudio arroja también otra conclusión relacionada con el concepto de libertad sexual en aquellas personas con rostro ancho. Las personas con este corte de cara tienen una mayor tendencia a ser infieles, pero espera, que esto solo está demostrado en los hombres.
En resumen, según estos expertos canadienses, los hombres con semblantes cuadrados y anchos no solo tienen un deseo sexual superior a la media, sino que se sienten más cómodos cuando se plantean echar una canita al aire.
De un tiempo a esta parte, la comunidad científica viene mostrando especial interés por los gestos y la forma del rostro. Y es que, según están demostrando, podemos vincular la cara de un individuo a los rasgos de su personalidad y sus motivaciones sexuales, entre otros aspectos.
También tenemos que tener en cuenta que el estudio se realiza en jóvenes universitarios, y pocos de ellos habrá que no tengan la apetencia sexual por las nubes…
Además, los científicos inmersos en esta investigación afirmaron que en futuros estudios sobre este tema han de tratarse otras variables como la pasividad sexual o las posiciones conservadoras de algunas personas respecto a las relaciones sexuales, vamos, el clásico misionero.