Pues sí, así como vosotros nos hemos quedado nosotros al saber que en Italia la buena educación se paga, bueno mejor dicho, se descuenta. Un restaurante de la localidad de Padua descontó de la cuenta final de una familia, 13,05€ por el buen comportamiento de sus niños durante la comida. El pasado domingo un nutrido grupo de seis personas y cinco niños acudieron al restaurante de la Antonio Ferrari a comer. Cual fue la sorpresa del Señor Ferrari que durante la estancia en el local, los chavales estuvieron tranquilos haciendo dibujos y multiplicaciones sin levantar la voz en ningún momento. La sorpresa se la llevó, mas que Antonio, los adultos que al recibir la cuenta vieron una parte en negativo de 13,05€ con un concepto que decía «bimbi educati» ¿No seria genial que esto ocurriera en todos los restaurantes?
