¿Fecha de caducidad? Mira qué alimentos puedes seguir consumiendo
La fecha de caducidad es una aproximación de tiempo estimado en el que sería recomendable consumir el producto, pero nada tiene que ver con que después de ese día el alimento esté malo o vaya a provocarnos un problema de salud… ¡Ojo! no sucede con todos los alimentos.
Algunos de los alimentos que puedes ahorrarte tirar porque duran muchísimo más que lo que dice su fecha de caducidad son los siguientes… ¡Échales un vistazo y aplícatelo!
Chocolate: el chocolate es uno de los alimentos que más aguantan el paso del tiempo por su elevado contenido de azúcar, posiblemente el mejor conservante natural. No importa que haya adquirido un color blanquecino, esto se debe al contacto con el aire, pero se puede comer de igual manera.
Huevos: es uno de los alimentos que más miedo nos da tomar una vez ha pasado la fecha de caducidad, y esto se debe a la aparición de la Salmonella. Pero lo cierto es que pueden aguantar hasta cinco semanas si los mantenemos bien conservados en el frigorífico, pese a que su fecha oficial sea de 21 días. No obstante, siempre que tengamos dudas podemos recurrir a los trucos habituales. Sumerge el huevo en agua. si flota, es porque está malo.
Pasta seca: alimentos secos como la pasta o el arroz se pueden consumir sin tener en cuenta la fecha de caducidad siempre que se mantengan en recipientes herméticos.
Aceite de oliva: es un producto que no caduca nunca, lo único que sucede es que cuando lleva ya un tiempo empieza a perder propiedades, pero esto no quiere decir que deje de ser bueno, aunque el sabor puede que no sea el esperado, así que si te has pasado de la fecha recomendada úsalo en pequeñas cantidades para no conseguir un sabor muy diferente. Si lo conservas adecuadamente conseguirás que no te haga daño y que sepa y huela igual que el primer día.
Alcohol: este tipo de bebidas duran mucho tiempo, incluso después de haber sido abiertas. Después de pasar la fecha de caducidad lo que suele pasar es que el sabor es algo más diferente y que parte de su contenido se evapora, pero no suele ser peligroso para la salud si lo consumes adecuadamente. Consérvalas en lugares frescos y oscuros.
Galletas: dejamos de consumirlas en cuanto sentimos esa textura gomosa, pero esto no es ningún problema, simplemente la galleta con el tiempo acaba perdiendo su capacidad de ser crujiente y esto se debe a que normalmente las compramos hiperprocesadas. Si las compráramos más caseras desde el principio notaríamos que no suelen crujir, al menos no como las más procesadas o azucaradas. El que tengan una textura gomosa se debe sobre todo a la humedad, muy presente en esta época del año.
Miel y mermelada: gracias a la cantidad de azúcar que llevan son productos que se conservan muy bien. En el momento que notamos que empiezan a ponerse más espesas que de costumbre dejamos de consumirlas y para nada tiene porque ser así, siguen estando en buen estado. Si ves que el envase no se puede abrir o está muy duro, opta por utilizar el baño maría a fuego suave.
Quesos duros: suelen durar mucho tiempo en la nevera si están bien conservados, para ello es bueno guardarlas herméticamente, incluso después de su fecha de caducidad suelen durar un tiempo considerable. Al ser productos lácteos nos causa pánico el consumirlos después de que han caducado y al igual que los yogures, estos no nos traen ningún problema. Si el moho hace presencia no tires el queso entero, deshazte de la parte afectada y el resto sigue consumiéndolo sin problema.
Patatas fritas: la patatas congeladas pueden salvarse haciendo uso del microondas, además piensa que éstas normalmente estarán en el congelador un sitio perfecto para conservarse en buenas condiciones. En teoría no deberían hacerte ningún tipo de daño e incluso algunos creen que pasadas de fecha son mejores para los dientes.
