Por Cristina Dalmau
Fotos de Dani Portes
No hay palabras para describir lo mucho que disfrutamos celebrando las Fiestas de la Mercè con el Día de Dial. Una noche muy especial, en la que se dieron cita grandes nombres de la música de nuestro país.
El cartel, con seis actuaciones y dos conciertazos, fue el reclamo perfecto para unir a los miles de oyentes que no se quisieron perder la oportunidad de disfrutar en directo de sus artistas favoritos.
Los encargados de romper el hielo y dar el pistoletazo de salida, fueron el grupo catalán Màia. Marina la cantante de la banda, rompió su vestido minutos antes de la actuación. Con ingenio y un par de apaños, consiguió engancharlo y salir disparada al escenario con su guitarrista Gus a arrancar los saltos, gritos y bailoteos varios de los asistentes al ritmos de su nuevo disco Esclat. Pero este no es el único secreto de la noche…
Marta Soto demostró que querer es poder. Tras perder el avión y caer enferma consiguió llegar al Fòrum de Barcelona con una sonrisa. No sabemos de dónde saco las fuerzas pero cogió el micrófono con más energía que nunca y se comió el escenario.
El concierto estuvo lleno de reencuentros. Marta Soto, Lorena Gómez, Atacados y Rosa López recordaron juntos las anécdotas de una Gira déjate llevar que les ha convertido en grandes amigos junto a Cristina Dalmau que con Vicente Pardo presentó la gran fiesta.
Lorena Gómez cantó Indomable e Iguales pero sorprendió al público cantando a capella 90 minutos de India Martínez. Canción que interpretó en Tu cara me suena y que tanto significaba para el presentador Vicente Pardo, que se enamoró de su mujer con esa canción en las Fiestas de la Mercè de hace ya unos cuantos años.
Atacados volvieron a demostrar que son el alma de cualquier fiesta. Su disco debut No hay relojes si tenemos sueños va como un tiro. El público lo dio todo con ellos aunque echamos en falta al cuarto componente del grupo, Arturo que ya explicó por redes sociales que ha tenido un accidente de moto. La caída no fue grave pero se está recuperando de las heridas y contusiones.
Rosa López fue una de las artistas más aclamadas. Con un imponente vestido negro y ese vozarrón que Dios le ha dado cantó a los 4 vientos que al fin piensa en ella y se siente feliz y orgullosa de volver con las pilas cargadas. No quiso despedirse sin concienciar de la importancia de cuidar del medio ambiente y ser respetuoso con todo aquello que desechamos.
Lydia Torrejón acompañada del guitarrista Santi Fontclara cantó las mejores canciones de 1000 batallas. La artista tiene un voz envidiable que no ha dejado indiferente a grandes de la música como Pastora Soler que ha dicho en más de una ocasión que no solo le encanta como canta sino que sus composiciones son mágicas.
La noche terminó con dos conciertazos de lujo que acabaron de llenar hasta los topes la explanada del Parc del Fòrum. Antonio Carmona se puso en el bolsillo al público desde el minuto 0. No solo cantó lo mejor de Obras son amores sino las canciones más aclamada de su amplio repertorio. Por supuesto no dudó en hacerle más de un guiño a Barcelona, una ciudad que adora y que tanto le quiere.
Y como colofón final llegó el ritmo festivalero y el buen rollo de Efecto Pasillo. Minutos antes de subir al escenario Iván, Javi y Arturo aporrearon el inodoro móvil del backstatge al ver entrar a Nau con la guitarra al baño. No sabemos si pudo terminar lo que empezó pero si vimos como cantaban su canción de la suerte justo antes de salir al escenario.
Una noche mágica llena de música y buenos amigos.
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