De la hora de la comida hasta la de la cena hay varias horas, y es importante que en este periodo de tiempo los niños tomen algo de comida. La merienda es fundamental en la alimentación de un niño, como el desayuno, porque sirve para saciar el apetito entre horas y para que la cena pueda ser más ligera.
Según ha publicado ABC, Jorge Martínez Pérez, pediatra del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, reconoce algunos errores que cometemos con nuestro hijos cuando llega la hora de la merienda. Te contamos los fallos más importantes que hay que evitar.
Los niños y adolescentes aún están en proceso de crecimiento y, por lo tanto, su aparato digestivo no está preparado para pasar muchas horas sin comer. Es importante que a medio camino de la comida y la cena nuestros pequeños tomen algo de comida, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de ellos son bastante enérgicos y debemos contrarrestar toda esa energía derrochada con un tentempié.
Tal y como afirma el pediatra Jorge, no podemos pensar que pueden tomar cualquier alimento. No es lo mismo estar saciado que bien alimentado. Por lo tanto, debemos evitar darles bollería cada día porque así nos aseguramos de que comen algo. Esto no quiere decir que no puedan tomar un dulce a la semana. Claro que se puede, siempre que haya un equilibrio con respecto a lo que tomen a lo largo del día.
También debemos evitar los refrescos, ya que estos son una mina de azúcar.
Un error común es pensar que cuando toman un zumo este les está aportando los beneficios de una pieza de fruta. El zumo no funciona como sustitutivo, no sacia de la misma manera ni aporta las mismas vitaminas. Por lo tanto, es importante que los niños se acostumbren a tomar la fruta como una comida, ya que esto ayuda también al desarrollo de la masticación.
¿Eres de los que les da el bocadillo a los niños en pan de molde? Pues debes saber que este es peor que la barra de pan del día, ya que tiene más componentes grasos y tampoco favorece la masticación por ser más blando.
Otro error en los bocadillos que nos señala el pediatra es decirles a los niños «que se coman tan solo lo de dentro» cuando dicen que no quieren más. Es un fallo que no debemos cometer, puesto que de esta manera no hay un equilibrio de nutrientes, sino que se estaría abusando de proteínas y abandonando los hidratos necesarios.
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