Pero, entonces, el pobre animal se empezó a asustar del perro. El mago, con otro golpe de vara, lo transformó en un fuerte can.
Pero, al poco tiempo, el agobiado animal empezó a temer al tigre.
El mago, aunque ya un poco cansado, lo transmutó en un poderoso tigre, el rey de los felinos. Y en ese punto, a nuestro animal le entró un ataque de pánico ante la presencia del cazador.
El mago dio un suspiro, harto de tanto trabajo. Cogió su varita, la alzó y dijo: –¡Te convierto en ratón y esta vez es para siempre!
Y añadió: –Nada de lo que yo haga va a servir, amigo, porque primero tienes que aprender a ser feliz como un ratón
Fisiológica y conductualmente estamos condicionados por nuestras emociones. Éstas determinan todo: expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del Sistema Nervioso Autónomo, la del Sistema Endocrino. Las emociones nos posicionan respecto a nuestro entorno y nos preparan para actuar, evalúan si las cosas van bien, sirven de señal a los demás y alertan sobre el estado de nuestras relaciones.
Por eso, es tan importante llegar a controlarlas, asimilarlas e intentar modificarlas. Para ello, hay que lograr modificar nuestra conducta, nuestro pensamiento. Tarea ardua, pero factible.
Estas son algunas pautas que nos permitirán conseguirlo:
1. Pensamientos positivos frente a los negativos. Pero no solo de pensamiento, si no también de acción.
2. Valorar lo que se tiene, no lo que te falta
3. Actitud positiva frente a la adversidad. Maneja tu actitud frente a las circunstancias
4. Asume riesgos. Si algo te incomoda ¡déjalo atrás! Busca tu felicidad. No te «aburgueses»
5. Trabaja tu autoestima. Quiérete y con ello incrementarás también la confianza en tí mismo
6. Abraza en cierta medida en hedonismo. Intenta disfrutar de las cosas que te gustan siempre que puedas
7. Aprende a expresar lo que sientes. Aprende a decir NO