Está ahí, se acerca, se acerca, viene, viene y, de pronto, ¡kaboom! Todo da vueltas, el tiempo se detiene, el cuerpo se electrifica y brota un gemido que no sabías dónde estaba escondido. Después, todo es cosquilleo, relax, satisfacción y alegría.
¡Brutal! ¿Hay algo mejor que un orgasmo? Bueno, como mínimo se nos ocurre una cosa: dos orgasmos. Existen técnicas para ir más lejos y convertir los ratos de cama en un espectáculo pirotécnico. Volverás a tener ganas.
Por «mejores orgasmos» nos referimos a que sean más placenteros, controlados o frecuentes. ¿Cómo exprimir el deseo y conseguir las mejores experiencias entre las sábanas? Atiende a estos consejos.
Eso escribieron los griegos en el templo del oráculo de Delfos y tenían mucha razón. Nada como el autoconocimiento para saber quién eres, qué deseas y qué te gusta. En cristiano: masturbarse.
Lo mejor es empezar conociendo que es lo que más te gusta, así te será más fácil explicarle a tu pareja lo que te satisface, si no, a veces, se vuelve un tanto complicado.
Hacer deporte mejora el rendimiento físico. Si estás acostumbrado al ejercicio, tu corazón será más fuerte y tu respiración más controlada. Te cansarás menos y rendirás mucho más en la cama. ¿O no has oído nunca que las personas que hacen deporte son mejores amantes? ¡Conviértete en uno de ellos!
Toda la zona de los genitales puede «entrenarse» para que funcionen. Con los ejercicios que estimulan y fortalecen los músculos del perineo, ellos tienen erecciones más duraderas y fuertes, aguantan más tiempo y tienen orgasmos más potentes. En ellas, la vagina se fortalece y también aumenta su sensibilidad, y de ahí el placer.
Mejor empezar con suavidad, a pocas personas les gusta que empiecen sin un poco de estimulación. Así que céntrate en unos buenos preliminares y ya, hasta el punto que quieras.
La penetración puede ser un estímulo demasiado directo y acelerar el final de ellos mientras ellas se quedan esperando. Apostad por el sexo oral y la masturbación mutua como preliminares o sustitutivos.
¿Estáis dale que te pego a puntito de llegar? ¡Pues parad! Toca bajar el ritmo y dejar al cuerpo hambriento. Cada vez os acerquéis al orgasmo y lo evitéis, el deseo aumentará, hasta que con un guiño sepáis que es el momento.
Sin deseo no hay orgasmo y nada mata más al deseo que la rutina y el aburrimiento. Nuestro cerebro necesita estímulos para activarse, está sediento de novedades. Dáselas.
Y es que es mucho el porcentaje de la población que nunca ha probado una postura que vaya más allá del conocido «misionero», así que si tienes que comprarte el Kamasutra o visitar una tienda erótica para sorprender a tu pareja…¡seguro que es bienvenido!
Ver la vida de manera positiva y compartir la cama con alguien divertido facilita que nos relajemos y disfrutemos más. Nuestro cerebro está más dispuesto y nuestro cuerpo más receptivo cuando hay buen humor. Una vida más alegre es una vida con mejores orgasmos.
Una temperatura agradable facilita la llegada del orgasmo. Es importante estar calentitos y cómodos y, sí, parece que tener los pies calientes ayuda mucho a llegar al orgasmo. ¿Te parece horrible hacerlo con calcetines? Busca modelos que sean sexis y bonitos, no esos viejos con agujeros.
El sexo debe ser divertido, deseado, no una comedura de coco. Evita prejuicios, pensamientos intrusivos y preocupaciones. Un cerebro despreocupado encuentra mejor el orgasmo.
En definitiva, puedes tener un orgasmo o puedes tener un súper orgasmo. ¿Cómo lo prefieres?
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