Muchas veces podemos decir que alguien se siente “sucia” porque físicamente ha podido experimentar una mezcla de fluidos como sudor o semen, pero creo que en este caso no estamos hablando de este tipo de suciedad. Hablamos de una suciedad emocional. De sentirnos “sucios”. Independientemente de cómo estés externamente.
Normalmente cuando pensamos en salud, pensamos en salud mental, emocional o física. Pero hay un tipo de salud, que es la salud sexual, que está muy relacionada con las otras.
Además, hay que tener en cuenta que la salud sexual tiene dos premisas fundamentales:
¿Qué le recomendaría a Amalia? Lo primero decirle que ella se siente sexualmente enferma y como siente que no está haciendo algo bien, se obsesiona con algo. Habría que investigar qué hay detrás de ello. Amalia utiliza una compulsión, que en muchas ocasiones tiene que ver con la limpieza. Por eso ella necesita ducharse una y otra vez.
Es curioso porque muchas mujeres después de un abuso o una agresión sexual, inmediatamente tienen una necesidad profunda de ducharse. Eso, muchas veces, repercute a la hora de hacer una denuncia. Aunque ella no esté sufriendo un abuso real, porque aparentemente es una conducta consentida. En esta situación hay muchos pensamientos inducidos que han podido llenar su mente de prejuicios. Por ello es necesario que vea a un profesional para poder limpiarse, pero no el cuerpo, sino el alma.
¡Escucha aquí los consejos de Marian Frías! (02.06.2017) Y cada semana, no te los pierdas en Atrévete.
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