Isidro Montalvo, responsable de la llamada y capaz de arreglar cualquier dispositivo, no quiso entender que no había ningún problema con los teléfonos.
Al final la pareja de señores no ha aguantado más y han tenido que colgar tras una conversación infinita. Si es que nuestro humorista a veces es muy perfeccionista y no quiere que los atrevidos lo pasen mal nunca.