Es normal que los padres realicen fotos constantemente a sus hijos. ¿Qué pasa cuando las fotografías son de los peques y ellos no tienen capacidad de decidir? Esto genera un problema futuro en la vida de los niños.
Cuando un hijo cumple 5 años, es posible que se le hayan hecho más de 1.500 fotos en total. Estas fotografías permanecen en las redes sociales durante mucho tiempo. Nunca se piensa en el «qué dirá nuestro niño» cuando sea mayor. Es algo que se debe tener en cuenta porque le puede generar problemas cuando crezca, como por ejemplo bullying.
Un padre no le pide permiso a su bebé para hacerle una foto y este tampoco tiene la capacidad de decidir a esa edad. Por lo que hay que ser coherentes, ya que uno es mayor y se debe pensar en el otro.
A veces los padres no son conscientes de la magnitud de lo que se cuelga en las redes sociales. Luego, ese contenido expuesto puede expandirse por todo el mundo.
Una solución para las fotos que se lleven a cabo con niños y se vayan a colgar es intentar que no se les vea la cara. Se puede tapar el rostro de un hijo con diversas objetos, por ejemplo. Se debería esperar a que ellos crezcan y decidan si se puede subir o no el contenido a redes.
Un menor no decide si la foto le gusta o no, es más bien decisión de los padres. Hay que pensar en un hijo a la hora de publicar tantas fotografías de ellos.
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