Uno de los momentos más temidos, cuando se tiene pareja estable, es aquel en el que la libido empieza a decaer y hay ganas de hacer cualquier cosa salvo practicar ejercicios amatorios. Todo el mundo sabe que, tarde o temprano, uno de esos momentos va a llegar.¡Hey! ¡Espera! Hemos dicho «uno de esos momentos», lo que quiere decir, que poniendo de vuestra parte, la relación no va a mutar en una larga travesía por el desierto de la abstinencia sexual.
El sexo es una parte muy importante en una relación de pareja. En el «triángulo del amor» del psicólogo Robert Sternberg la pasión es uno de los tres pilares de una relación. Así que es una buena idea cuidarla.
Aunque parezca una pregunta simple, no tiene nada de ello. Hay millones de variables que interfieren en las ganas que tenemos de dar una alegría al cuerpo.
Si las relaciones sexuales son eso que se hace cinco minutos antes de quedarte dormido, cuando tengas un día de trabajo duro, tu cuerpo va a preferir saltarse ese trámite.
Fisiológicamente, crea un cóctel de hormonas que no ayuda mucho a tener sexo. Mentalmente, te mantiene enfocado en problemas que no tienen que ver mucho con el aquí y ahora. Y, en el sexo, el aquí y ahora son bastante importantes.
¡Pánico! ¡La rutina puede estar llegando y ahora habrá que hacer cosas muy raras para salir de ella!» ¡No quiero tener que hacerlo en una noria para reactivar mi vida sexual! No te preocupes. En realidad, aunque sea así, también tiene que ver con el aquí y ahora. Si las relaciones sexuales se convierten en algo rutinario, basta con aprender a sacar lo que hace único el momento que estáis viviendo y eso se consigue conectando con la persona que tienes delante (o encima o debajo).
Cuando uno de los dos miembros de la pareja quiere y el otro no, se produce una situación que puede vivirse como horrible por las dos partes. Una se siente rechazada y la otra se encuentra presionada. El sexo bajo presión no es el paradigma de la diversión. Lo mejor es tratar de comprender qué es lo que hay detrás de la falta de deseo de la otra persona.
A veces, la falta de deseo por una de las partes de la pareja se puede deber a que lo que estáis haciendo en la cama no acaba de seducir a la otra parte.
No te preocupes. No estáis condenados a hacer calceta y leer el periódico. Pero tenéis que estar dispuestos a cambiar algunos hábitos e incluso formas de comunicaros.
No todos los días se tiene una relación sexual ideal, pero eso no quiere decir que no se pueda mantener sexo. Solo hay que adaptarse a las circunstancias. Por ejemplo, si ha sido un día duro para la otra persona, a lo mejor le apetece que la cuiden más.
Las de la otra persona y tratad de cumplir las vuestras.
La comunicación es uno de los pilares de la pareja, como el sexo. También lo es la comunicación durante el sexo. Si se ha empezado a convertir en rutina, probad a hablar y miraros a los ojos durante el acto. Al principio, si no estáis acostumbrados, puede parecer muy raro. Si os da la risa, aprovechad. ¡Aquí y ahora!
En resumen. Cuanta más conexión con la otra persona, mejor sexo.
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