El tema de hoy ha sido sobre la reciente polémica con los Kebabs. La Unión Europea estudia prohibir el Kebab por su riesgo para la salud. La Cámara Europea está debatiendo este mes vetar los fosfatos usados en fórmula de esta comida. Afirman que provoca problemas cardiovasculares.
El fósforo es un elemento fundamental para la vida. Está presente en la dieta y en mayor o menor proporción está prácticamente en todos los alimentos. Estos fosfatos son unas sales complejas que se utilizan añadiéndolo a la comida para conseguir un objetivo determinado, es decir, mantener el sabor y retener líquido.
Aparecen en diversos tipos de carnes procesadas. Se ha intentado limitar la exposición adicional. El Kebab es un conglomerado, por lo tanto un exceso de exposición de este producto puede convertirse en una toxina.
Los fosfatos interaccionan con la proteína natural de la carne y evitan que se pierda agua y así la carne está más jugosa.
Los fosfatos se utilizan hoy en día para aumentar el peso de la carne, debido a sus propiedades para conservar el agua especialmente en la carne en vertical, como es el caso de los Kebabs. Se trata de una carne que no se consume en casa y por tanto no está etiquetada, y los consumidores no son informados de sus ingredientes.
La velocidad con la que se estropea la carne es menor y más lenta. Entonces, el aditivo sí genera daños en el organismo. Si encima se acumula para que los procesados duren un poco más de tiempo, el problema se desarrolla a la hora de que el organismo lo depure. Lo denominan el nuevo colesterol, por lo que hay que tener cuidado.
Todo alimento es veneno en exceso.
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