Los niños deben saber diferenciar entre verdad y ficción y los padres tienen que tomar consciencia de ello y no frustrarse.
Nuestra experta en niños, Supernanny, ha querido dejarnos diversos consejos para poder vivir la Navidad que le toca a cada uno, sin decepcionarnos.
Tenemos la idea de que la Navidad debe ser como nos la muestran en todos sitios, es decir, perfecta, sin discusiones, siempre sonriendo y repleta de comidas y cenas, sin que un vaso de bebida se te caiga encima. Pero la realidad es totalmente otra y hay que enseñársela a los niños.
Hay que aprender a ver las cosas como son. Quizás, al presenciar tantos anuncios en televisión o por la calle, los peques piensan que su Nochebuena debería ser así también.
Lo primordial es tener en la mente que la Navidad perfecta es la imperfecta, la propia, con la familia. Debemos centrarnos en lo que se tiene y no en lo que falta. Disfrutar del momento ya que cada año que pasa lo celebramos, pero además es otro año que se pierde.
Lo bueno en estas fechas es que ocurra lo de siempre, a lo que estamos acostumbrados, como por ejemplo, las discusiones a la hora de hacer la cena, correr a por los regalos, tener todo para la situación. Nada cae del cielo y lo que vemos en las películas es totalmente ficticio.
Los niños tendrán que comenzar a interpretar la realidad del asunto. No hay que pasarlo obligatoriamente bien, los problemas surgen pero pueden remediarse.
La mejor Navidad siempre es la propia, la de uno mismo, sacando así lo más divertido.
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