No, no tienes que dejar de comer, sino empezar a hacerlo con conocimiento, como por ejemplo con esos alimentos que te dejan sin ganas de tomar postre.
– Las patatas cocidas. Lo sabemos, las patatas no son el colmo del sabor, pero con un poco de sal, de pimienta o de chile (si te gusta el picante) pueden ser una comida magnífica.
– Los huevos. Cocidos o en tortilla son pura proteína. Tampoco es bueno abusar, pero ¿a que te tomas una tortilla y no te apetece nada más?
– El pescado. El sushi o el pescado a la plancha son dos opciones llenas de sabor y más que prácticas para comer una cantidad adecuada y lograr saciarte rápidamente.
– Carne blanca. Recuerda que las especias no engordan. Un pinchito moruno, un filete adobado o una simple carne a la plancha te aportará vitalidad y no tantas calorías- siempre que no la acompañes de patatas fritas- como parece.
– Sopa. Es perfecta para llenar el estómago. Evita las de supermercado: prepara un puchero como el de tu madre.
– Las verduras. ¿Que no te gustan? En la hamburguesería a la que vas le ponen bastante verdura a cada hamburguesa. Hay una gran variedad y puedes tomártela de diversas maneras. No dudes en prepararte una ensalada con tus favoritas o en tomarlas cocidas.
– La fruta. A media mañana o a media tarde es perfecta. Una manzana, una pera, un plátano, unas fresas, ¡lo que quieras! Seguro que consigues ganar energía y afrontar el resto de la jornada de forma más optimista.
– Las legumbres. Si no les añades embutido, un cocido de legumbres con verduras siempre te ayudará a alimentarte de manera correcta y a no picar entre horas.
– Los frutos secos. En pequeñas cantidades, y siempre variando, son un dosis de energía más que necesaria para mejorar el funcionamiento del cerebro y del organismo. Las nueces, por ejemplo, son perfectas para rendir más en el instituto o en la universidad.
Lo sabemos. Te despierta el móvil, te pones la ropa, desayunas rápidamente mientras te pones los calcetines y ya no comes hasta mediodía. ¡Error! Intenta seguir esta rutina:
– Desayuno. Es la comida más importante del día por lo que podrás «pasarte» un poco añadiendo algo de grasa. No olvides añadir fruta (zumo natural o en crudo) para completarlo.
– Media mañana. Olvídate del bocata, ¿no habías desayunado ya?, y toma fruta o bien un puñado de frutos secos.
– Comida. Legumbres, ensalada, carne, pescado y fruta. Tienes para escoger, no te quejes.
– Merienda. Un lácteo o algo de fruta sería lo perfecto, olvídate de las grasas saturadas.
– Cena. Ensalada, tortilla de un huevo y algo de queso bajo en grasa, culminada con un yogur bajo en calorías, han de ser los ingredientes de tu cena perfecta. ¡Ah! Intenta cenar pronto.